viernes, 4 de abril de 2008

Compartir mi Tiempo Libre

Ya habían transcurrido unos meses de mi estancia en Barcelona. El trabajo estaba solucionado y mi deseo de salir y conocer la ciudad, ya no era tan primordial. Yo era feliz pero algo me inquietaba.

Empecé a sentir un vacío interior y una necesidad de dar parte de mi tiempo libre que a mí no me pertenecía y otros lo necesitaban.

Decidí visitar el Cotolengo y ofrecerme de voluntaria cuatro horas semanales. Yo empecé mi trabajo ilusionada pero cada día me costaba más: psíquicamente no desconectaba, me traía a casa los problemas, las personas, la impotencia de no poder mejorar su situación... total que decidí dejarlo y buscar otra vía de entrega.

Me ofrecí en mi parroquia para dar catequesis a los niños que se preparaban para hacer la 1ª Comunión, allí he colaborado unos cuantos años.

Hace once años, descubrí otro campo más desatendido, quizá por falta de información, por miedo, por trabas que pone la Administración, “El mundo de la prisión” Me informé, hice el curso que exigen y respaldada por la asociación “la Viña” empecé a trabajar los sábados, junto a otras compañeras, en los talleres de manualidades (porcelana rusa). El centro es de jóvenes, chicos de 17 a 23 años todos por droga y por hurtos menores, pero al ser de familias humildes y no tener quien pague la fianza pasan años de su juventud entre rejas, que no les rehabilita en nada, en muchos casos todo lo contrario.

Yo no sé si les ayudo mucho, pero ellos a mí si, yo recibo mucho más de lo que doy.

No hay comentarios: