En el mes de mayo los patios y jardines de Liétor se han despertado del letargo del invierno. Han reventado en olor y colorido, alegrando los sentidos de lugareños y visitantes,
Yo he visitado unos cuantos en casas de familiares y amigas, es una delicia contemplar la variedad de flores, Geranios, Lirios, Claveles, Azucenas, Dalias… una preciosidad.
Yo he visitado unos cuantos en casas de familiares y amigas, es una delicia contemplar la variedad de flores, Geranios, Lirios, Claveles, Azucenas, Dalias… una preciosidad.
En Primavera se hacen conciertos de órgano. En la Iglesia Parroquial Santiago, Apóstol hay uno del año 1787. En el Exconvento de Carmelitas Descalzos, uno del 1993. El tercero será inaugurado a finales de este verano y se colocará en el coro de la Ermita de Ntra. Sra. De Belén.
El ciclo de Conciertos tiene lugar los sábados por la tarde, durante los meses de Mayo y Junio. Esos días también se abren los Patios y lugares de interés cultural. Entre ellos el antiguo Asilo y colegio de Hermanas Carmelitas, ahora reformado y convertido en Centro Cultural.
He pasado a visitar dicho Centro, “me han despertado grandes y gratos recuerdos de mi niñez”. La única aula del Colegio,(entonces me parecía grandiosa , ahora no tanto) ver donde estaba mi pupitre. Yo tenía ocho años y los puestos se ocupaban por edades. Mi hermana Antonia tenía cinco años y estaba más adelante, las niñas más pequeñas colocadas delante de la profesora.
La hermana Facunda, una mujer alta, fuerte, con carácter, daba un golpe en la mesa y todo quedaba en silencio, “pero la queríamos mucho.” Tenía que repartir las tareas por grupos, según la edad.
El mes de Mayo (mes de María) el trabajo se multiplicaba. Teníamos que aprender de memoria poesías y recitar des pues en público a los pies de la Virgen en el ejercicio de las flores
Yo agradezco a mis padres el sacrificio que tuvieron que hacer en esos tiempos difíciles para pagar las 10 pts. que costaba la mensualidad del colegio por cada alumna. De esos años de carencia tengo buenos recuerdos, en casa todo se compartía y vivíamos muy unidos. Esa es la mejor herencia que mis padres nos han podido dejar.
